He visto el corto «Clara», de Arcos, que es parte de una campaña publicitaria. Trata de una mujer en la búsqueda de un buen trabajo. Vamos a verlo.
Este
corto se desarrolla durante la Navidad y puede, mientras Clara busca un buen
trabajo, darnos algunas ideas de cómo vivir este tiempo. Nos puede ayudar a
pedir regalos importantes:
Alimentar
la esperanza
Quizás
un regalo que podemos pedir es la esperanza. La Navidad es un tiempo propicio
para fomentar esa espera (Dios se hace niño para que el hombre se vincule eternamente
con su Creador y salvarnos) pero es una actitud que podemos pedir durante todo
el año.
Es
una de las actitudes clave cuando queremos hacer un buen trabajo, como vimos en
el cortometraje «Clara». Ella no escatimaba esfuerzos para ofrecer lo mejor de
sí en cada puesto que le tocaba, hasta el último día de cada contrato. Pero
creo que a la vez conservaba la fe y la esperanza en trabajar el don (las aptitudes
y valores) que sabía que tenía.
No
hay tareas pequeñas
En
el corto vemos a Clara durante distintas ocupaciones. Tal vez pasó por muchas
otras antes de ellas. No son trabajos llamativos, no son grandes cargos ¡ni
siquiera duraban más de un mes!
Pero,
como diría la Madre Teresa: «no se trata de hacer grandes cosas, sino cosas
pequeñas, pero con un gran amor». Es que tal vez nunca nos toque hacer «algo
importante». Y cuando digo «algo importante» no me refiero a algo deslumbrante
a los ojos humanos, algo llamativo, algo que resuene y se destaque. Las cosas
pequeñas son importantes, es donde crecemos como personas cada día, esas son significativas.
Dios se hizo pequeño, recordamos esta Navidad.
Pasar
ocultos no es un castigo. Jesús nació en silencio, sin que nadie – más que
pastores y extranjeros – vinieran a celebrar la llegada del Mesías. Luego
trabajó en lo oculto 30 años antes de su vida pública.
El
amor es un ingrediente poderoso
No
es difícil comenzar un buen trabajo, uno que nos ilusiona y, luego de un
tiempo, sentir el sinsabor de las actividades. En esos momentos, suele ocurrir
que volvamos a caer en ensoñaciones, preguntándonos si hay «algo más».
«Algo
más» allá de la rutina, «algo más» emocionante, «algo más» que nos llene como
el día a día ya no lo hace.
Tal
vez nuestras expectativas son más altas que la realidad y ¡ojo! no está mal
soñar. Pienso que es casi una necesidad educar la capacidad de soñar. Pero a
veces podemos pasar tanto tiempo en el sueño que nos hace falta abrir los ojos
y notar que lo que vemos despiertos tiene también algo especial.
«¡No
es verdad que tus días sean iguales! si pones amor en tus días, cada día es
distinto.
TOMADO
DE CATHOLIC LINK
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