EL RINCÓN DE FERNY

martes, 16 de febrero de 2021

LA HISTORIA DE GRILEX, EL RAPERO QUE DECIDIÓ ENTREGAR SU MÚSICA A DIOS


Guillermo tiene 24 años. Cuando coge un micrófono es Grilex, un rapero que, como todos los artistas posee un don especial. En su caso, ha conseguido encontrar a Jesús en su vida y entre sus letras y bases. No siempre fue así.

Este joven madrileño escuchaba música rap desde los 7 años y compuso su primera canción a los 17. ¿El motivo? Poder liberarse de la tensión que lo acompañaba por la enfermedad de su hermano menor y poder dedicársela a él. El rap le surgió como una alternativa de liberación ante algo que no conseguía paliar con el deporte o las amistades. Uno de sus amigos, precisamente, fue el que le dio la idea. “Oye, a tí que te gusta el rap, ¿por qué no haces una canción para tu hermano para liberarte de la tensión que sientes?”, recuerda Guillermo.

Sin embargo, podría parecer una historia ideal. No fue así. Guillermo compuso otra canción después de esa y empezó a ser conocido. Se vio a sí mismo detrás del artista que estaba naciendo: “Desde que hice esa canción se me empezó subir el ego, al ver que con una canción la gente estaba encima de mí. Entonces, decidí escribir otra canción, ya para un sello discográfico, con los elementos típicos del rap: insultos, menosprecios, etc”.

La confrontación a veces marca el estilo del rap, pero Guillermo no se las había visto con Jesús, ni en el escenario ni en la vida hasta ese momento. Describe su encuentro más bien como un “encontronazo” que lo desbordó: “En unas convivencias sentí el desprendimiento de amor que Él tiene por mí. Yo no quería que eso se quedase en una experiencia. Quería hacer algo con eso en mi vida.”

Su manera de responder a lo que le ocurrió fue desde lo que sabía hacer: rapear. “Hice una canción para Dios, que no era ni cristiana, era como una carta hacia Dios”. A través de esa carta que envió a Dios decidió cambiar: “Después de ese tema, me dí cuenta de que todo lo que tenía, tenía que ser para Dios. Por eso cambié mi rap, para ofrecérselo a Dios”.

Hasta su manera de componer sus nuevos temas ha cambiado. A los artistas se les suele preguntar por el origen de su inspiración. En el caso de Guillermo, reza antes de empezar al Espíritu Santo. Alguna que otra vez, reconoce, que le ha cambiado el guion. “Yo soy el instrumento de mis letras, no el protagonista. Me ha pasado muchas veces que quiero escribir de una cosa y lo acabo haciendo de otra”, subraya.

Guillermo ha encontrado a Jesús en la música. Asegura que a Él le ha venido a buscar por esa vía, pero que Jesús se pone a la vista de muchas otras maneras, por una razón: cada uno de nosotros. “Cristo está en la música, en las personas, en los libros, en el paisaje. Al final, Cristo se muestra de diferentes formas para hacerse el encontradizo con las personas”.

“¿La música cristiana tiene algo que aportar? Un mensaje de vida”

Por PABLO VALENTÍN-GAMAZO

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