EL RINCÓN DE FERNY

domingo, 21 de junio de 2020

LA LABOR SOCIAL DE LA IGLESIA EN ESPAÑA. SOLIDARIOS POR EL BIEN COMÚN: LAS PERSONAS SIN HOGAR. PROGRAMA SIETE.


El número de personas sin hogar es un fenómeno que va en aumento y durante esta crisis del coronavirus la situación se ha empeorado. Se estima que en España hay cerca de 40.000 personas viviendo en la calle. Aunque no son mayoría, las mujeres son el colectivo más vulnerable, más de 50% sufre violencia de todo tipo. Pero la calle no es peligrosa para las mujeres, también lo es para los hombres. Vulneración de derechos, invisibilidad, sufrimiento, inseguridad o agresiones son solo algunos de los problemas a los que se enfrentan. Una labor que TRECE ha abordado en el cuarto episodio de “Solidarios por un bien común”. Un programa que nos hace ver cómo la Iglesia está detrás de los invisibles, de las personas que muchas veces son olvidadas por la sociedad.
Vamos a ver su trabajo por medio del ejemplo de tres proyectos de Cáritas en Madrid:

Proyecto Cedia Mujer

A través de más de 9000 centros asistenciales la Iglesia ayuda a las personas sin hogar e intenta que salgan de esta situación. Solo en Madrid hay cerca de 2800 personas sin hogar. En el distrito del Retiro en Madrid se encuentra Cedia Mujer, un proyecto de ayuda para las mujeres que se encuentran en situación de sin hogar.
Lo que buscaban era crear era un hogar donde podían volver a sentirse en familia: “Algunas mujeres sufrían abusos, no se encontraban a gusto y ellas nos pedían, como Iglesia y también como entidades, que las apoyáramos en esto y que creáramos un espacio solo para ellas, donde durante el día lo pasan conjuntamente con otras personas, y luego por la noche que pudieran descansar y estar tranquilas que no les va a pasar nada”. Sobre el ser mujer y estar en la calle, Rebeca lo tiene claro: "Es muy duro, es una situación muy vulnerable y están expuestas a muchos más peligros que los hombres”.

Proyecto Cedia 24h

Los servicios de Cedia, en el barrio de La Laguna, están abiertos los 365 días del año y las 24 horas del día por lo que es, a todos efectos, un centro de emergencia. Rebeca nos cuenta que “está abierto para todos, pero tenemos algunos perfiles prioritarios como pueden ser mujeres o jóvenes, personas con situación cronificada de calle e intentamos dar la mayor cobertura que se puede dar a estas personas”.
Sobre los días de permanencia en el centro nos dice que “al ser un centro de emergencia tenemos una media de 21 días de permanencia, pero hay todo tipo de personas. Intentamos trabajar con ellos para que puedan salir de esta situación y ser palanca de cambio para mejorar su vida”. Además nos confiesa que “ahora mismo el centro tiene una ocupación plena y ahora estamos anotando los casos más prioritarios, pero hay muchas veces que tenemos que decir que no”.
En el centro nos encontramos con Rosalía Portela, presidenta de FACIAM, que nos cuenta un poco la historia de esta Red de entidades que "tienen en común la acogida y la atención a personas sin hogar. Es una iniciativa que surgió desde 40 años como respuesta al problema de lo que entonces se llamaban transeúntes, personas vagabundas, en definitiva, personas sin hogar”. Añade Rosalia que "a partir de allí nace con vocación de servicio de acogida y asume como necesidad la visibilización, el destacar en la ciudadanía que son personas. Y cada año salimos a la calle, con campañas dinámicas y activas, destacando eslóganes de situación del momento”.
Sobre lo que le aporta este trabajo nos confiesa que le "pone en la tierra, me hace ver la diferencia entre lo que es el deseo, me lleva a lo que es la posibilidad, me sitúa en el plano de los derechos humanos. De hecho, decimos que un hogar es más que un techo. Y lo que pedimos es hogares”.
El servicio de lavandería es uno de los pilares del proyecto porque las personas que se encuentran sin hogar tampoco tienen recursos para poderse permitir comprar ropa, y la que tienen la dejan para lavar.

Reparto de bocadillos para personas sin hogar

Otro servicio de Cáritas que se hace a través la Pastoral Universitaria es el reparto de bocadillos para personas sin hogar. Miguel, uno de los voluntarios de este servicio, nos cuenta cómo se organiza todo: “Hacemos varios grupos sabiendo el número de voluntarios que vienen. Lo primero es preparar la comida, que una parte la traen los mismos voluntarios y la otra la pone Cáritas, y luego se sale a repartir en diferentes rutas y en diferentes grupos”. Raquel, voluntaria, lleva un par de años ayudando, y nos confiesa que le aporta "mucho compañerismo, conoces a mucha gente, y te sientes útil cuando ayudas a la gente que está en la calle y que lo están pasando muy mal. Cuando vuelves a tu casa valoras más todo lo que tienes”.
Irene, una catequista ha llevado el propio grupo de niños a ayudar con el reparto, “llevamos mucho tiempo explicando que es la misión y un voluntariado que tenga ese componente de fe y por lo que veo está funcionando”. Además, ella cree que “este servicio demuestra que la Iglesia son también los jóvenes”.
Luis Martín, voluntario de Pastoral Universitaria Cáritas, añade que “el objetivo del bocadillo solidario es, en primer lugar, obviamente, darle algo de comer a la gente que está sin dinero para poder comprar comida. Luego hay también gente que están en la calle, pero alimento no les falta, pero lo que sienten es mucha soledad, no tienen a alguien con quien hablar”.

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