A través de diez capítulos la
iglesia vemos la vida de las personas con menos recursos migrantes, enfermos,
ancianos, personas con discapacidad...y cómo son acompañadas de manera humilde
y callada por distintas instituciones eclesiales. Se muestra cómo trabaja la
Iglesia con los colectivos más vulnerables. Cada capítulo dura unos de treinta
minutos.
Los periodistas Laura Negro,
Asell Sánchez-Vicente y Pedro del Castillo, se trasladaron durante los meses
pasados a diferentes lugares de España para contar de primera mano el trabajo
de distintas instituciones eclesiales con personas en situación de exclusión o
pobreza.
Durante esta pandemia del
coronavirus que tanto nos atenaza, las residencias de ancianos han sido las más
golpeadas. Sin embargo, hay más de 800 centros dedicados a los ancianos y
proyectos de la Iglesia que con mucho esfuerzo y sacrificio intentan combatir
otro problema social, la soledad. Una labor que “solidarios por el bien común”
ha abordado en el tercer episodio. Un programa que nos hace ver cómo la Iglesia
está detrás de cada uno de nosotros, hasta en los momentos y en las edades más
complicadas.
En España hay cerca de 4 millones
de personas con discapacidad, casi 300.000 tiene discapacidad intelectual.
Prejuicios sociales, sobreprotección o discriminación son solo algunos de los
problemas que se encuentran. Aunque en los últimos años se han roto muchas
barreras todavía queda un largo camino para conseguir la plena inclusión de las
personas con discapacidad. A través de cerca 800 centros para personas con
discapacidad la Iglesia se ocupa y se preocupa de darles dignidad y de luchar
por su plena inclusión.
Nos mostrarán tres ejemplos de
cómo la iglesia se hace presente en medio de los discapacitados intelectuales:
1. Centro de Desarrollo Infantil
y Atención Temprana:
En Talavera de la Reina el
arzobispado de Toledo puso en marcha, hace casi 50 años, la Fundación Madre de
la Esperanza para acompañar a las personas con discapacidad intelectual en
todas las etapas de su vida.
2. Fundación Madre de la
Esperanza:
Después de visitar el Centro de
Desarrollo Infantil nos trasladamos a la sede de la Fundación Madre de la
Esperanza. Sor Ángeles nos cuenta que “la realidad de la discapacidad estaba
muy poco trabajada, había muy pocos recursos, la sociedad estaba muy poco
sensibilizada y es allí donde la Iglesia da un paso, y se lanza a trabajar con
las personas con discapacidad.
3. Viviendas con apoyo:
Las viviendas con apoyo están
gestionadas a través de la Fundación Madre de la Esperanza. Cuenta actualmente
con 4 viviendas con apoyo para que las personas con discapacidad intelectual,
una vez finalizada la actividad en el centro ocupacional, disponga de un
recurso donde poder trabajar la convivencia y la autonomía de la forma más
normalizada posible. La implicación de la comunidad en la que viven ayuda a
romper barreras.
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