
No debemos aceptar la tolerancia y privatización de la religión que la instala en lo que no es. Y por otro lado, tampoco debe imponer las propias convicciones como si fueran la única expresión de la verdad.
Los cristianos, dice, estamos llamados a participar en el ámbito público, a dialogar en él con un respeto profundo, sin imposición y con humildad y honestidad intelectual. Defender la religión de otra manera no es cristiano. Pues el seguimiento a Jesús se fundamenta en el amor y respeto al prójimo. Cuando se actúa con fundamentalismo no se está siendo fiel al mensaje evangélico.
Termina Smdani poniendo ejemplos de cristianos que han tendido puentes de diálogo como Martin Luther king.
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