TOMADO DEL PORTAL RELIGIÓN EN LIBERTAD
William J. Tighe, profesor de Historia de la
Universidad de Muhlenberg, publicó en
diciembre de 2003 un análisis sobre el origen de la fecha de la Navidad
cristiana en el 25 de diciembre, negando que se tratase de una fecha que
buscase suplantar una fiesta pagana previa, como acusan a veces algunos
neopaganos, ciertos grupos protestantes y revisionistas históricos.
"Los orígenes paganos de la Navidad son
un mito sin fundamento histórico", asegura, y como especialista en los
siglos XVI a XVIII puede localizar a los personajes que s einventaron esta idea
del "origen pagano": el protestante alemán Paul Ernst Jablonski y el
monje francés Jean Hardouin.
Publicamos aquí su análisis completo
traducido de la revista ecuménica "Touchstone".
Calculando
la Navidad: la auténtica historia del 25 de diciembre
por
William J. Tighe
Muchos cristianos creen que el cristianismo
celebra el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre porque los padres de la
Iglesia se apropiaron de la fecha de un festival pagano. Casi nadie da
importancia a este hecho, excepto algunos grupos marginales de evangélicos
americanos, que parecen interpretar que ello convierte a la Navidad en un
festival pagano.
Sin embargo, resulta interesante saber que
la opción del 25 de diciembre es el resultado de los intentos realizados por
los primeros cristianos para averiguar la fecha de nacimiento de Jesús,
basándose en cálculos de calendario que nada tenían que ver con los festivales
paganos.
Fue más bien al contrario, ya que el
festival pagano del "Nacimiento del Sol Invicto", instituido por el
emperador romano Aureliano el 25 de diciembre de 274, fue casi con toda certeza
un intento de crear la alternativa pagana a una fecha que ya gozaba de cierta
importancia para los cristianos romanos. Así pues, "los orígenes paganos
de la Navidad" son un mito sin fundamento histórico.
La idea de que la fecha fue sacada de los
paganos se remonta a dos estudiosos de finales del siglo XVII y principios del
XVIII. Paul Ernst Jablonski, un protestante alemán, pretendía demostrar que la
celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre era una de las muchas
"paganizaciones" del cristianismo que la Iglesia del siglo IV había
adoptado, como una de las muchas "degeneraciones" que habían
transformado el cristianismo apostólico puro en catolicismo.
Dom Jean Hardouin, un monje benedictino,
intentó demostrar que la Iglesia católica había adoptado festivales paganos
para fines cristianos sin paganizar el Evangelio. En el calendario juliano,
creado en el año 45 a.C. bajo Julio César, el solsticio de invierno caía en 25
de diciembre y, por tanto, a Jablonski y a Hardouin les pareció evidente que
esa fecha debía haber contenido obligatoriamente un significado pagano antes de
haber sido cristiano.
Pero en realidad, la fecha no había tenido
ningún sentido religioso en el calendario festivo pagano en tiempos anteriores
a Aureliano, y el culto al sol tampoco desempeñaba un papel importante en Roma
antes de su llegada.
Había dos templos del sol en Roma. Uno de
ellos (mantenido por el clan en el que nació o fue adoptado Aureliano)
celebraba su festival de consagración el 9 de agosto, y el otro el 28 de
agosto. Sin embargo, ambos cultos cayeron en desuso en el siglo II, en que los
cultos solares orientales, como el mitraísmo, empezaron a ganar adeptos en
Roma. Y en cualquier caso, ninguno de estos cultos, antiguos o nuevos, tenían
festivales relacionados con solsticios o equinoccios.
Lo que ocurrió realmente fue que Aureliano,
que gobernó desde el año 270 hasta su asesinato en 275, era hostil hacia el
cristianismo, y está documentado que promocionó el establecimiento del festival
del "Nacimiento del Sol Invicto" como método para unificar los
diversos cultos paganos del Imperio Romano alrededor de una conmemoración del
"renacimiento" anual del sol. Lideró un imperio que avanzaba hacia el
colapso, ante las agitaciones internas, las rebeliones en las provincias, el
declive económico y los repetidos ataques por parte de tribus germanas por el
norte y del Imperio Persa por el este.
Al crear esa nueva festividad, su intención
era que el día 25, en el que comenzaba a alargarse la luz del día y a acortarse
la oscuridad, fuera un símbolo del esperado "renacimiento" o eterno
rejuvenecimiento del Imperio Romano, que debía ser el resultado de la
perseverancia en la adoración de los dioses cuya tutela (según creían los
romanos) había llevado a Roma a la gloria y a gobernar el mundo entero. Y si
podía solaparse con la celebración cristiana, mejor aún.
Cálculos
navideños ¡antes de tener fecha litúrgica!
Es cierto que la primera prueba de una
celebración cristiana en 25 de diciembre como fecha de la Natividad del Señor
se encuentra en Roma, algunos años después de Aureliano, en el año 336 d.C.,
pero sí hay pruebas del Este griego y del oeste latino donde los cristianos
intentaban averiguar la fecha del nacimiento de Cristo mucho antes de que lo
empezaran a celebrar de una forma litúrgica, incluso en los siglos II y III. De
hecho, las pruebas indican que la atribución a la fecha de 25 de diciembre fue
una consecuencia de los intentos por determinar cuándo se debía celebrar su
muerte y resurrección.
[Tighe no lo detalla, pero un ejemplo claro
es el de Sexto Julio Africano, escritor cristiano que en el año 221, en sus
Chronographiai, ya establece que Jesús se encarnó en 25 de marzo (por lo que
nació 9 meses después, en 25 de diciembre). Esto lo escribe medio siglo antes
de que en el 274 Aureliano cree una fiesta para el 25 de diciembre en Roma.
Nota de ReL].
¿Y cómo ocurrió todo esto? Parece haber una
contradicción en la fecha de la muerte del Señor entre los Evangelios
Sinópticos y el Evangelio de Juan. Los sinópticos la situarían en la Pascua de
los judíos (después de la Última Cena la noche anterior), mientras que Juan la
describiría en la Víspera de la Pascua, en el momento en que los corderos eran
sacrificados en el Templo de Jerusalén para el ágape que tendría lugar después
de la salida del sol ese mismo día.
La solución a esta cuestión implica
contestar a la pregunta de si la Santa Cena fue un ágape pascual o una cena que
tuvo lugar un día antes, lo cual no estudiaremos aquí. Basta con decir que la
primitiva Iglesia siguió a Juan y no a los sinópticos y, por tanto, creyó que
la muerte de Cristo había tenido lugar el 14 Nisán, de acuerdo con el
calendario lunar judío.
Por cierto, los estudiosos modernos se
muestran de acuerdo con que la muerte de Cristo podría haber tenido lugar en el
año 30 o en el 33 d.C., ya que éstos son los únicos años de esa época en los
que la Vigilia de Pascua podían haber caído en viernes. Las posibilidades son,
por tanto, el 7 de abril del 30 o el 3 de abril del 33.
Sin embargo, dado que la Iglesia primitiva
fue forzosamente separada del judaísmo, entró en un mundo de calendarios
distintos y tuvo que instaurar sus propios momentos para celebrar la Pasión del
Señor, en parte también para independizarse de los cálculos rabínicos de la
fecha de Pascua.
Por otra parte, como el calendario judío era
un calendario lunar que constaba de 12 meses de 30 días cada uno, cada pocos
años debía añadirse un mes decimotercero por un decreto del Sanedrín, para
mantener el calendario sincronizado con los equinoccios y los solsticios, así
como para evitar que las estaciones se fueran "desviando" hacia meses
inapropiados.
Aparte de la dificultad que debieron tener
los cristianos en investigar, o quizás en ser bien informados sobre las fechas
pascuales en un determinado año, el hecho de seguir un calendario lunar
diseñado por ellos habría dispuesto en su contra tanto a judíos como a paganos,
y seguramente también les habría sumido en inacabables disputas entre sí
mismos.
El siglo II vio fuertes disputas sobre si la
Pascua tenía que caer siempre en domingo o en cualquier día de la semana dos
días después del 14 Artemision/Nisán, pero haber seguido un calendario lunar no
habría hecho más que agravar estos problemas.
Estas divergencias eran interpretadas de
distintas maneras entre los cristianos griegos de la parte oriental del imperio
y los cristianos latinos en la parte occidental del mismo. Parece ser que los
cristianos griegos quisieron encontrar una fecha equivalente a su 14 Nisán en
su propio calendario solar y, dado que el Nisán era el mes en el que tenía
lugar el equinoccio de primavera, eligieron el día 14 de Artemision, el mes en
el que el equinoccio de primavera caía invariablemente en su propio calendario.
Alrededor del 300 d.C., el calendario griego fue solapado por el romano y, como
las fechas de principio y final de los meses en estos dos sistemas no
coincidían, el 14 Artemision se convirtió en el 6 de abril.
No obstante, parece que los cristianos
latinos del siglo II en Roma y África del norte querían establecer la fecha
histórica en la que murió Jesús. En la época de Tertuliano [c.155 -220 d.C.]
habían concluido que murió en viernes, 25 de marzo del 29. Como nota aparte,
debo hacer constar que ello es imposible: el 25 de marzo del 29 no cayó en
viernes, y la Víspera de Pascua judía en el 29 d.C. no caía en viernes ni en 25
de marzo, ni siquiera en el mes de marzo.
Cuando los antiguos creían en la "edad
integral"
Así pues, en el este, tenemos el 6 de abril
y, en el oeste, el 25 de marzo. Llegados a este punto, debemos introducir una
creencia que parece ser que se propagó en el judaísmo en el tiempo de Cristo,
pero la cual, como no aparece en la Biblia, no han tenido presente los
cristianos. Se trata de la "edad integral" de los grandes profetas
judíos: la idea de que los profetas de Israel murieron en la misma fecha que la
de su nacimiento o concepción.
Este conocimiento es un factor clave a la
hora de entender por qué algunos de los primeros cristianos llegaron a la
conclusión de que el 25 de diciembre fue la fecha del nacimiento de Jesucristo.
Los primeros cristianos aplicaron esta idea a Jesús, con lo que el 25 de marzo
y el 6 de abril no sólo eran las supuestas fechas de la muerte de Jesús, sino
también las de su concepción o nacimiento. Existe alguna prueba fugaz de que al
menos algunos cristianos en los siglos I y II consideraron el 25 de marzo y el
6 de abril como la fecha del nacimiento de Cristo, pero rápidamente prevaleció
la asignación del 25 de marzo como la fecha de la concepción de Cristo.
Y es en este día, conmemorado casi
universalmente entre cristianos como la Fiesta de la Anunciación, cuando el
Arcángel Gabriel llevó la Buena Nueva de un salvador a la Virgen María, con
cuyo consentimiento la Palabra de Dios ("Luz de Luz, Dios verdadero del Dios
verdadero, nacido del Padre antes de todos los tiempos") se encarnó en su
vientre. ¿Cuánto dura un embarazo? Nueve meses. Si contamos nueve meses a
partir del 25 de marzo, es 25 de diciembre; si es a partir del 6 de abril,
tenemos el 6 de enero. El 25 de diciembre es Navidad y, el 6 de enero, es la
Epifanía.
La Navidad (el 25 de diciembre) es una
fiesta de origen cristiano occidental. Parece que en Constantinopla fue introducida
en el año 379 ó 380. De un sermón de San Juan Crisóstomo, que en su época fue
un renombrado asceta y predicador en su nativa Antioquía, parece que ahí la
fiesta se celebró por primera vez el 25 de diciembre del 386. Desde esos
centros, se esparció por todo el Oriente cristiano y se adoptó en Alejandría
alrededor del 432, mientras que en Jerusalén se asumió un siglo o un poco más
después.
Los armenios, solos entre las Iglesias
cristianas antiguas, nunca la adoptaron, y hasta hoy llevan celebrando el
nacimiento de Cristo, la adoración de los Reyes y el bautismo el 6 de enero.
Por su parte, las Iglesias occidentales
fueron adoptando gradualmente la celebración de la Epifanía del este el 6 de
enero, y Roma lo hizo entre el 366 y el 394. Pero en Occidente, esta festividad
se presentaba normalmente como la conmemoración de la visita de los Reyes Magos
al niño Jesús y, como tal, era una fiesta importante, pero no una de las más
determinantes. Ello provocaba un fuerte contraste con la posición de la Iglesia
oriental, donde sigue siendo la segunda fiesta más importante de la iglesia
después de la Pascua.
En Oriente, la Epifanía es mucho más
importante que la Navidad. La razón es que la festividad también celebra el
bautismo de Cristo en el Jordán y el momento en que la Voz del Padre y el
Descenso del Espíritu Santo manifestaron por primera vez a los mortales la
divinidad del Cristo Encarnado y la Trinidad de las 3 Personas en un solo Dios.
Una
fiesta cristiana
Así pues, parece que el 25 de diciembre como
fecha del nacimiento de Cristo no está en absoluto en deuda con las influencias
paganas en las prácticas de la Iglesia durante o después del tiempo de
Constantino.
Es totalmente improbable que fuera la fecha
exacta del nacimiento de Cristo, pero surgió estrictamente de los esfuerzos de
los primeros cristianos latinos para averiguar la fecha histórica de la muerte
de Cristo.
En cambio, la fiesta pagana que instituyó el
emperador Aureliano en esa fecha, en el año 274, no sólo fue un esfuerzo para
utilizar el solsticio de invierno con el objetivo de hacer una declaración
política, sino que, casi con toda certeza, fue también un intento de dar un
sentido pagano a una fecha ya importante para los cristianos romanos.
A su vez, los cristianos podrían más tarde
volver a adoptar la fiesta del "Nacimiento del Sol Invicto" para
referirse, en memoria del nacimiento de Jesús, a la ascensión del "Sol de
la Salvación" o el "Sol de la Justicia".
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