1.- ¿El
Estado financia a la Iglesia?
Para su
sostenimiento, la Iglesia no recibe nada de los Presupuestos Generales del
Estado. Los contribuyentes eligen libre y voluntariamente, cada año, poner la X
en la Declaración de la Renta. Esto supone, aproximadamente, un 25% del total
de la financiación de la Iglesia.
El artículo
16 de la Constitución Española de 1978 establece que los poderes públicos
“mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica
y las demás confesiones”. Por otra parte, el Acuerdo sobre Asuntos Económicos
entre la Santa Sede y el Estado Español, de enero de 1979, establece que “el
Estado se compromete a colaborar con la Iglesia Católica en la consecución de
su adecuado sostenimiento económico, con respeto absoluto del principio de libertad
religiosa” (art II.1). Cooperación y colaboración no es financiación directa,
ni subvención.
2.- ¿La
Iglesia ahorra dinero al Estado?
Es muy
difícil conocer con exactitud la cantidad que la Iglesia le ahorra al Estado.
Solo en el campo educativo, donde este cálculo es mucho más sencillo, podemos
afirmar que, según datos del propio Ministerio de Educación, una plaza en un
centro público tiene un coste anual de 3.518 euros. En un centro concertado,
esa misma plaza cuesta al erario pública únicamente 1.841 euros. Únicamente por
este concepto, y tomando como base los datos de gasto público del Ministerio de
Educación en 2009, la Iglesia ahorra al Estado 4.399 millones de euros.
3.- ¿El
Patrimonio de la Iglesia es un tesoro económicamente rentable?
La Iglesia es
depositaria de un importante patrimonio cultural que a lo largo de los siglos
han sido creados o recibidos por distintas instituciones de la Iglesia. Este
patrimonio no se plantea como una riqueza en sí misma, ni supone un tesoro
económico o fuente de negocio. Se ha planteado siempre como servicio a los
demás, es un tesoro cultural para todos, pero en ningún caso un tesoro
económicamente rentable. Más bien todo lo contrario.
4.- ¿La
Iglesia solo aporta un 2% del presupuesto de Cáritas?
Se confunde
aquí la aportación de la Iglesia con la donación de la Conferencia Episcopal
Española. En realidad, cuando se habla de ese 2% se trata de un donativo que se
viene realizando desde la CEE en los últimos cuatro años. La cantidad se ha ido
incrementando anualmente hasta situarse en el 2,17% actual. En 2011, se han
donado 5 millones de euros. Y en estos cuatro años, se ha entregado un total de
13,8 millones de euros.
Además,
cuando se habla de esa “escasa” aportación del 2% se toma como base el
presupuesto presentado por Cáritas Española y no se hace referencia alguna a
las Cáritas diocesanas, una verdadera red que llega a todos por medio de las
Cáritas parroquiales.
El 65% de los
fondos de Cáritas proceden de donaciones privadas. La gran mayoría de esos
fondos provienen de instituciones y de personas de la misma Iglesia.
5.- ¿Cáritas
no es la Iglesia?
Cáritas no
solo pertenece a la Iglesia sino que es la misma Iglesia, en su estructura más
fundamental que es la parroquia. Los miles de voluntarios de la Iglesia, que
realizan actividades sociales, no nacen por generación espontánea. Son miembros
de la Iglesia que han recibido el anuncio de la Buena Noticia y viven y
alimentan su fe en la comunidad eclesial. Esa experiencia es la que da razón de
ser a toda su actividad.
6.- ¿La
Iglesia no paga el IBI?
Es falso. La
Iglesia paga el IBI de todos los inmuebles que no estén exentos por ley. De la
misma forma que no los pagan las Fundaciones, las otras confesiones o las
asociaciones cuando los espacios en cuestión están tipificados así por ley.
7.- ¿La
Iglesia es la única que, en algunos casos, está exenta del pago del IBI?
También es
falso. Tampoco lo pagan, entre otras, las Fundaciones, las Asociaciones de
utilidad pública, las federaciones deportivas, los partidos políticos, los
sindicatos, las iglesias evangélicas, las comunidades hebreas y musulmanes. En
Madrid, por ejemplo, no pagan el IBI: el museo del Prado, la SGAE, el Hotel
Ritz, el Palacio de Liria, etc.
Está regulado
en la llamada Ley de mecenazgo (ley 49/2002)
Se trata de
una medida de incentivo fiscal con la que el Estado reconoce las actividades de
interés general que realizan muchas instituciones. Es lógico que el Estado
promueva e incentive –también fiscalmente- a quienes trabajan a favor del bien
común.
8.- ¿La
Iglesia no paga tasas municipales?
Sí las paga
(basuras, vados de garajes, etc.). No hay ninguna exención prevista en la Ley
sobre el pago de estas tasas.
9.- La Ley le
da la razón a la Iglesia, pero en este momento tan duro de crisis, ¿no podría
hacer un gesto ante la sociedad y renunciar voluntariamente a la exención del
IBI?
La Iglesia
hace gestos reales y diarios en favor de los que más lo necesitan. Muchos
obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos han hecho signos
visibles, reduciéndose el suelo, y otros muchos lo han hecho y no lo han dicho.
10.- ¿Y si
hubiera un cambio en la legislación fiscal?
La Iglesia
estará siempre a lo que dicte la Ley. Si hubiera un cambio en la legislación
fiscal, estaría a lo que dictara la norma, siempre con el límite de los
beneficios previstos en los Acuerdos, que tendrán rango superior. La Iglesia va
a seguir cumpliendo su misión con los medios de que disponga. Lógicamente, si
se dispusiera de menos recursos, las actividades podrían verse mermadas, pero
con más o con menos medios, la Iglesia va a seguir haciendo mucho por tantos
que todavía necesitan tanto.
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