La plataforma Navarra en defensa de la
Religión en la escuela ha lanzado este artículo recordando su estatus, lo que
aporta a la educación y su presencia en Europa:
La enseñanza de la Religión en la escuela es
un tema que una vez más aparece en los espacios de opinión y en los debates
sobre la Educación. Curiosamente son más los planteamientos públicos o
publicados, que abogan por su desaparición del ámbito escolar, o por la
reducción horaria al mínimo posible, frente a la importante demanda que esta
asignatura tiene cada curso escolar. Sorprende ver cómo algunas organizaciones
piden insistentemente la exclusión de esta asignatura, sin respetar la opción
libre y el derecho constitucional de las familias.
Partiendo de la libertad de expresión que todos
tenemos, es bueno recordar algunos puntos que nos puedan situar adecuadamente,
a nuestro juicio, en esta cuestión.
Instancias internacionales como el Consejo
de Europa, recomiendan el estudio de las religiones, entre otras razones para
luchar contra el fundamentalismo religioso y, añadimos nosotros, contra el
fundamentalismo antirreligioso que también tenemos por estas tierras. Por eso
no es extraño ver que en la inmensa mayoría de los sistemas educativos
europeos, y desde hace muchos años, está presente de modo propio la asignatura
de Religión con total normalidad. El alumnado opta libremente, normalmente de
modo mayoritario, por una confesión u otra, o en menor medida, por ninguna. En
este último caso, se propone al alumnado otras actividades como por ejemplo, el
estudio de valores.
La presencia de la asignatura de religión en
nuestro sistema educativo no es diferente por tanto al que rige en el resto de
Europa. Aquí lo diferente es que de modo cíclico se saca a debate este tema
para volver a decir siempre lo mismo. No nos oponemos a la confrontación de
ideas y al estudio de todas las propuestas que, en positivo, pretendan confluir
en acuerdos sobre esta cuestión. Pero no es el caso, constatamos que los que
más gritan en contra de la enseñanza religiosa, directamente quieren imponer su
desaparición de la escuela, simplemente porque ellos lo dicen. A estas personas
les decimos que echamos de menos un poco de respeto hacia la opción libre de
las familias y hacia la profesionalidad del profesorado de Religión. Hay que
recordar que la enseñanza religiosa escolar no es obligatoria, es decir, no se
impone a nadie, y que por ese motivo, cada año las familias pueden optar por
ella o no.
Nos llama la atención en este debate, cómo
algunas organizaciones que proponen la desaparición o reducción de esta
asignatura, ignoran el doloroso coste laboral de dicha medida. Un coste laboral
fundamentalmente femenino, ya que la inmensa mayoría de este profesorado
especialista son mujeres.
Se dice también que la enseñanza religiosa
escolar es un privilegio para la Iglesia Católica, cuando todos sabemos que hay
acuerdos con otras confesiones religiosas que ya están en vigor, y que se
trata, antes que nada, de un derecho fundamental de las familias a la educación
de sus hijos e hijas, y que la Constitución y numerosas sentencias judiciales
posteriores, validan la legalidad de su presencia.
En resumen, y con un poco de ironía, dado
que no se ha demostrado que la enseñanza de la Religión en la escuela provoque
desajustes en la formación de nuestros alumnos y alumnas, o alumnado carente de
libertad, o alumnado acomplejado por extrañas enseñanzas, sino alumnado que
estudia el hecho religioso con madurez y libertad, con rigor académico, abierto
a la solidaridad y al compromiso por un mundo mejor, un alumnado que valora el
modelo de persona que nos propone la sociedad actual desde un planteamiento
crítico constructivo y positivo, y, dado que la enseñanza religiosa no se
impone al que no lo desea, ¿Qué tal si tampoco se busca imponer la eliminación
de la enseñanza religiosa escolar de modo directo o indirecto?. ¿No se está por
la escuela inclusiva?, Pues eso, en vez de eliminar o reducir el horario a un
mínimo indigno académicamente, incluyamos en la escuela lo que nuestros hijos e
hijas viven en esta sociedad que es cada vez más plural y democrática. La
riqueza de un centro escolar está también en dar cabida a la diversidad de
formas de pensar de sus componentes, no en suprimirlas. Ya es hora de ser, en
esta cuestión, más europeos.
Pamplona 28 de febrero 2018
PLATAFORMA NAVARRA RELIGIÓN EN LA ESCUELA -
ERLIJIOA ESKOLAN NAFAR PLATAFORMA
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