Estamos
en una época de duras turbulencias para la asignatura de Religión y su
profesorado. Desde el más rancio laicismo nos están atacando, incluso
vulnerando la ley si hace falta pues todo vale contra nosotros, y no tenemos que acomplejarnos , y ahora,
menos que nunca. Tenemos que dar razón de nuestra presencia en la escuela con argumentos
legales, pedagógicos, de tolerancia, de formación integral, culturales
religiosos y jurídicos. Es un duro camino,
pero con la verdad, con la razón y con
los jueces si no nos queda más remedio, venceremos esta intolerancia e
imposición excluyente. Os dejo un artículo de un compañero:
Llega
el veranito, las vacaciones, el descanso..., pero siguen los mismos tópicos
contra la clase de Religión. Así que aquí vamos
con argumentos para que sepa usted cómo responder, en pocas líneas, a
los tópicos de su cuñado, de su vecina, del director del instituto o del
soplagaitas de turno.
Hace
unos días hablaba con la directora de un estupendo colegio público, y me decía
que, personalmente, consideraba un error incluir la clase de Religión en el
currículo escolar.
-
Sería mejor que fuese Historia de las Religiones, o que pudiese haber clase de
religión musulmana, o de otras religiones, me decía.
-
Ya, pero es que eso ya se hace: judíos y musulmanes pueden recibir clase de
Religión según su credo; y en el Currículo de Religión católica aprobado por la
Conferencia Episcopal se incluye la Historia de las religiones, sobre todo de
las monoteístas. –respondí yo.
Como
se ve, la desinformación y la intoxicación ideológica sobre este tema, y más a
raíz de la reforma de la LOMCE, está más que extendida incluso entre el
profesorado. No digamos ya entre los padres y entre el resto de la sociedad.
Sin embargo, los tópicos y los eslóganes suelen ser falsos como un duro de
madera, y se pueden rebatir con un mínimo de (in)formación. Comienzo, por
tanto, una serie de entradas (publicadas ya en Alfa y Omega) para
"desmontar" las mentiras que se vierten contra la clase de Religión,
dando argumentos contra las consignas panfletarias.
1.EN UN ESTADO LAICO: ¡RELIGIÓN FUERA DE LA
ESCUELA!
España
es un Estado aconfesional, no laico, lo que garantiza, como recoge el artículo
16 de la Constitución, que «ninguna confesión tendrá carácter estatal», pero
que «los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la
sociedad española» y mantendrán «relaciones de cooperación con la Iglesia
católica y con las demás confesiones». Es decir, que la religión no es algo
negativo ni prohibido en España, sino materia de protección por parte de los
poderes públicos, pues la libertad religiosa es un derecho fundamental. De ahí
surgen los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede -que afectan al
ámbito jurídico, económico, cultural y educativo-, y la Ley Orgánica de
Libertad Religiosa (LOLR), de 1980, que recoge y garantiza el derecho de toda
persona a «recibir e impartir enseñanza e información religiosa de toda índole,
oralmente, por escrito o por cualquier otro procedimiento; y elegir para sí, y
para los menores no emancipados e incapacitados, bajo su dependencia, dentro y
fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral que esté de acuerdo
con sus convicciones».
2. ¡PUES QUE SE VAYAN A UN CENTRO PRIVADO
O, MEJOR, A LA PARROQUIA!
La
Ley Orgánica de Libertad Religiosa establece que «los poderes públicos adoptarán
las medidas necesarias para facilitar (...) la formación religiosa en centros
docentes públicos». Esto no contradice, sino que complementa, la existencia de
las parroquias, pues la misma ley recoge el derecho de la Iglesia, y de
cualquier otra religión, a establecer «lugares de culto o de reunión con fines
religiosos, a designar y formar a sus ministros, a divulgar y propagar su
propio credo». Es decir, que la Iglesia puede enseñar su doctrina en sus
templos, y también en los centros docentes.
3. LOS ACUERDOS IGLESIA-ESTADO IMPONEN LA
RELIGIÓN A TODOS.
El
estatus de la asignatura de Religión viene determinado por la LOLR de 1980, y
por los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado español. Sin
embargo, los Acuerdos no imponen a nadie estudiar Religión: «Por respeto a la
libertad de conciencia, dicha enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los
alumnos. Se garantiza, sin embargo, el derecho a recibirla». O sea, que los
centros están obligados a ofertarla para garantizar el derecho (recogido en el
artículo 27 de la Constitución) de los padres a que sus hijos reciban la
enseñanza moral y religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones, pero los
alumnos no están obligados a cursarla, pudiendo optar por una asignatura
alternativa.
4. DA IGUAL: LOS ACUERDOS SON UNA HERENCIA
DEL FRANQUISMO...
Estos
Acuerdos fueron firmados en 1979 por el cardenal Villot, entonces Secretario de
Estado del Vaticano, y por don Marcelino Oreja, ministro del Interior en el
Gobierno de UCD, democráticamente elegido aquel mismo año. Dos años antes, en
1977, fueron legalizados el PSOE y el Partido Comunista, y un año antes, en
1978, los españoles votaron la Constitución en referéndum. Por tanto, los
Acuerdos son plenamente democráticos. Además, siguen la línea de los firmados
en 1976, es decir, un año después de la muerte de Franco y cuando el proceso de
Transición ya había sido iniciado.
5.¡HAY QUE DEROGAR LOS ACUERDOS!
Los
Acuerdos con la Santa Sede tienen rango de tratado internacional y para
derogarlos habría que ajustarse al Derecho internacional. Esta decisión no
puede ser adoptada de forma unilateral por un Gobierno, sino que sería
necesario un acuerdo entre las partes, e incluso un arbitraje internacional. En
el caso de España, además, sería necesario un mandato explícito de las Cortes,
Congreso y Senado, no basta la voluntad del Ejecutivo.
6. CON RELIGIÓN, EL PP QUIERE VOLVER AL
NACIONALCATOLICISMO.
Desde
que hay democracia en España, todas las leyes educativas han sido elaboradas
por el PSOE, y todas han remitido a los Acuerdos con la Santa Sede para
garantizar la enseñanza de la Religión. Y eso incluye a la LOGSE, de 1990,
elaborada cuando el actual Secretario General del PSOE era Secretario de Estado
de Educación. Sin ir tan lejos, la LOE, aprobada por los socialistas en 2006,
recoge que «la enseñanza de la Religión católica se ajustará a lo establecido
en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede
y el Estado español». O sea, lo mismo que explicita la LOMCE de forma más clara.
Cosa distinta es que quienes elaboraron esas leyes, después no las cumplieran
en este punto.
7. ENSEÑAR RELIGIÓN ES ANACRÓNICO EN LA
EUROPA DE HOY.
En
toda Europa, salvo en Francia, se enseña Religión en la escuela. Así, en
Alemania, es obligatoria la enseñanza religiosa (de distintas confesiones),
aunque los padres pueden pedir una exención para que sus hijos reciban una
alternativa, que varía según los Länder; en Finlandia, es de obligada oferta
para los centros, aunque de libre elección en los públicos y obligatoria en los
colegios confesionales; y la situación se repite en Reino Unido, Suecia,
Austria, Noruega, Holanda, Polonia, Bélgica..., países que, por cierto,
obtienen mejores resultados que España en las pruebas PISA.
8. CON LA LOMCE, RELIGIÓN SERÁ OBLIGATORIA.
La
LOMCE sólo explicita lo que las anteriores leyes daban por sentado cuando
aludían a los Acuerdos Iglesia-Estado: que los centros tendrán que ofertar la
enseñanza religiosa, pero los alumnos podrán no elegirla, y que esta asignatura
tendrá el mismo tratamiento que el resto, por lo que tendrá alternativa
académica y computará para la nota media. Quienes no quieran cursar Religión
podrán optar por una alternativa: en Primaria, Valores Sociales y Cívicos, y en
Secundaria, Valores Éticos. En Bachillerato, al no tratarse de una etapa
educativa obligatoria, los centros no tendrán por qué ofertarla, y si lo hacen,
los alumnos podrán elegirla entre otras 16 asignaturas, de las que tendrán que
cursar un mínimo de dos y un máximo de tres. Eso sí, la LOMCE explica que los
centros, al planificar su oferta, deben tener en cuenta la demanda social y,
por tanto, si hay padres de alumnos de Bachillerato que la solicitan, los
centros deben ofertarla entre esas 16 asignaturas.
9. ¡Y CONTARÁ COMO BIOLOGÍA!
La LOMCE
otorga a la Religión el carácter evaluable que le corresponde en virtud de los
Acuerdos. Sin embargo, la ley divide todas las asignaturas en tres bloques:
troncales (obligatorias para todos: Lengua, Matemáticas, Lengua Extranjera,
Historia, Biología -para Secundaria- etc.), específicas (un grupo de
asignaturas entre las que los alumnos podrán elegir cuáles estudiar y cuales
no), y de libre configuración autonómica (específicas cuyos contenidos serán
fijados por las Comunidades). Así, Religión y su alternativa entran dentro las
específicas, como Educación Física, Educación Artística y Segunda Lengua
Extranjera, en Primaria, o Cultura Clásica, Música, Plástica, o Tecnología, en
Secundaria. Además, Religión no entrará en las pruebas finales de Secundaria,
ni en Selectividad, por lo que no contará para la nota media de esas pruebas,
que son el 40% de la nota media en el expediente de cada alumno.
Definitivamente no, no es como Biología.
10. ¡Y HASTA PARA UNA BECA!
En
líneas generales, para otorgar una beca en Bachillerato, o una de acceso a la
Universidad, se tendrá en cuenta el nivel de renta de la familia y, tendrán
prioridad los alumnos con un expediente más brillante: la nota de las pruebas
de nivel (en las que no se incluye Religión) supondrá el 40% del expediente, y
la media de todas las asignaturas cursadas en Secundaria -o Bachillerato-
supondrá el 60%. En ese sentido, de cara a una beca, Religión (y su
alternativa) será una de las materias (entre más de 30, en Secundaria y, al
menos, 21 en Bachillerato) que computen para calcular ese 60%.
11¡LA CLASE DE RELIGIÓN DISCRIMINA A LOS NO
CREYENTES!
La
enseñanza de la Religión nace del ejercicio de un derecho fundamental,
protegido por una Ley Orgánica (la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de
1980); y los Acuerdos responden a esa importancia al exigir que esa asignatura
se imparta «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales».
Discriminatoria es la situación actual para los alumnos que la cursan, pues, en
contra de lo que establecen los Acuerdos y asumían las leyes socialistas, no
tienen alternativa académica, por lo que
los alumnos que no la eligen tienen menos horas de clase y una asignatura
menos. Además, quienes sí la estudian no ven compensado su esfuerzo, pues no
computa para la nota, y algunas Comunidades consienten y alientan que los
centros situen esta materia a primera o a última hora, para que los alumnos que
la cursen lleguen una hora antes o se vayan a casa una hora más tarde que sus
compañeros.
José Antonio Méndez
TOMADO DEL BLOG “ESTAMOS DE EMERGENCIA”
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