A
Nick Magnotti le diagnosticaron
un cáncer y supo por los dolores y por el fracaso de la quimioterapia que la
enfermedad acabaría ganando la batalla.
Pero no la guerra. Porque decidió dejar para su pequeña Austin, apenas una recién nacida, diversos recuerdos para que la acompañen a lo largo de toda la vida que no podrá vivir con él. Entre esos recuerdos, un vídeo donde explica su situación y cómo vive los días que aún le quedan, por los que da gracias a Dios porque podrá despedirse de los suyos y pasar con ellos a plena dedicación sus últimas semanas.
Además del elemento emotivo y dramático de la situación en sí, en el vídeo destaca la actitud serena de Nick, cargada además de religiosidad. Él atribuye a Dios la paz que siente, y se le escapan las lágrimas al explicar su encuentro con Él. Como cristiano, dice, no teme a la muerte porque espera la salvación tras ella. Y ofrece argumentos de por qué no tiene sentido desesperarse por -aparentemente- perderlo todo en el mejor momento.
Pero no la guerra. Porque decidió dejar para su pequeña Austin, apenas una recién nacida, diversos recuerdos para que la acompañen a lo largo de toda la vida que no podrá vivir con él. Entre esos recuerdos, un vídeo donde explica su situación y cómo vive los días que aún le quedan, por los que da gracias a Dios porque podrá despedirse de los suyos y pasar con ellos a plena dedicación sus últimas semanas.
Además del elemento emotivo y dramático de la situación en sí, en el vídeo destaca la actitud serena de Nick, cargada además de religiosidad. Él atribuye a Dios la paz que siente, y se le escapan las lágrimas al explicar su encuentro con Él. Como cristiano, dice, no teme a la muerte porque espera la salvación tras ella. Y ofrece argumentos de por qué no tiene sentido desesperarse por -aparentemente- perderlo todo en el mejor momento.
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