Me parece una proyección muy interesante para conocer a las personas que, seducidos por Jesús de Nazaret y por su mensaje, entregan su vida a los demás como sacerdotes o religiosos. Se descubre que son personas como tú y como yo que han realizado una opción de vida para entregarse a los demás por amor.
¿Cómo llevas los votos de obediencia,
castidad y pobreza? ¿Te han insultado alguna vez por tu profesión? ¿Echas de
menos tener hijos? ¿Cuántas veces te han dicho «estás pirada» por meterte a
monja? ¿Qué querías hacer antes de decidir ser religiosa? ¿Es duro renunciar al
amor de pareja? ¿Te has arrepentido alguna vez de tu decisión? Nueve religiosos
y sacerdotes diocesanos se han sometido a las preguntas anónimas de los
espectadores de Telemadrid. El resultado se emitió este miércoles a las 21:45
durante el programa Eso no se pregunta.
Ante las preguntas de los telespectadores,
los entrevistados revelaron haber querido ser «bombero», «piloto», «cantante»,
«artista», «médico» o «propietario de una taberna de moteros y heavy». Y cuando
finalmente decidieron hacia dónde querían encaminar sus pasos no siempre
tuvieron el apoyo de sus familias, que lo vivieron en algunos casos «como una
traición».
Sin embargo esta renuncia, que para algunos
es una locura, para ellos es una «bendita locura». «Es una elección que me hace
feliz. No me cambiaría por nadie». Aunque reconocen que ser religioso «no está
de moda», ni «tiene prestigio para la gente en general». «Hoy se vive muy
superficialmente y no afinamos el oído para escuchar que Dios tienen un
proyecto de felicidad para nosotros». Asimismo, creen también que «aunque la
humildad, el sacrificio, la sinceridad, ser generosos o vivir libre de las
apariencias no esté de moda, sigue siendo vigente».
Pero los religiosos y sacerdotes no solo
renuncian a una profesión civil, también a tener pareja y una familia propia.
Sin embargo, ellos no lo ven exclusivamente en clave de renuncia sino que «hay
diferentes maneras de vivir el amor». Se renuncia «al amor en exclusividad pero
se universaliza ese amor». «No lo vivo como una renuncia sino que he apostado
por otra pareja: ni la mismísima Naomi Campbell me haría tambalear ahora
mismo». «Antes de entrar en el seminario, era lo que quizás más me podía
costar. Yo tenía el proyecto de tener un mini yo. Me hacía muchísima ilusión
tener un niño rubito», pero «lo que me llena el corazón de verdad es tener el amor
de Jesucristo». «Es una apuesta y apostamos por Dios».
¿Te han insultado alguna vez por tu
profesión? Es otra de las cuestiones a las que han tenido que responder los
entrevistados. «Sí que me he sentido juzgado muchas veces por ser sacerdote. Si
me ven con una chica, que estoy liado con ella; y si estoy con un chico, que
soy gay; y si me ven solo, que estoy loco. Haga lo que haga van a opinar»; «Te
encuentras de todo, gente que se acerca a ti porque les das confianza o gente
que te insulta y dice cosas groseras contra la Iglesia o contra Dios».
«Insultado no recuerdo, pero ridiculizado y
reírse a tu paso sí», han respondido. Aunque, en ocasiones, «me he acercado a
esos que me insultaban» y la crítica se ha convertido en una oportunidad para
entablar una conversación.
Quienes se han puesto delante de la cámara
para someterse a las preguntas de los espectadores y poder, así, dar testimonio
de quiénes son y de cómo viven son Beatriz Castelló, esclava del Sagrado
Corazón; Javier Peño, diácono de Madrid; Daniel Navarro, sacerdote diocesano de
Usera; Fray Antonio Roldán, franciscano T.O.R; Josefina Peñas Toledano y Mª
José Caballero Cabanillas, hermanas hospitalarias franciscanas Jesús Nazareno;
Leticia Egido Llorente, esclava carmelita de la Sagrada Familia; Susete
Mourato, religiosa de María Inmaculada; y Vicente Esplugues, sacerdote
misionero del Verbum DEI.
TOMADO DEL SEMANARIO DE ABC "ALFA Y OMEGA"
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