Rodney
Stark es un historiador y sociólogo protestante que en su último libro se ha
propuesto desenmascarar los mitos escritos sobre la religión católica. Además
de trabajar en la Universidad de Washington o en la de Baylor, ha sido
presidente de la Sociedad para el Estudio Científico de la Religión y de la
Asociación para la Sociología de la Religión. En una entrevista, recogida por
Religión en libertad, Stark aborda temas tan controvertidos como las muertes en
la Inquisición, el antisemitismo que hay en la Iglesia Católica o las Cruzadas.
El
historiador, que se educó como protestante americano, comienza denunciando el
papel de las ''eminencias intolerantes'', que son los ''intelectuales que han
difundido falsas afirmaciones históricas''. En base a las tesis difundidas por
estas elites, Stark ha delimitado diez mitos anticatólicos: ''descubrí que
estos "hechos" tan conocidos eran falsos, por lo que me sentí
obligado a profundizarlos. Estos mitos no están limitados a la generalidad de
la cultura protestante; de hecho, muchos católicos, incluso algunos muy
conocidos, los han apoyado''.
Entre
los mitos que desmonta se encuentra el del antisemitismo ''inherente a la
Iglesia Católica'': ''Cuando empecé mis investigaciones "todos",
incluidos católicos de primera línea, creían que la Iglesia era una de las
fuentes principales del antisemitismo. Fue más tarde, cuando trabajaba con
material sobre las persecuciones medievales a los judíos, cuando descubrí el
papel eficaz que tuvo la Iglesia para oponerse y suprimir dichas
persecuciones''. Stark atribuye a cronistas judíos medievales la autoría de
escritos en los que se desecha esta idea. ''¿Por qué tantos
"intelectuales", muchos de los cuales son ex-católicos, siguen
aceptando la idea de que el Papa Pío XII fue "el Papa de Hitler"
cuando claramente es una mentira despiadada? Sólo puede ser por odio a la
Iglesia'', sostiene.
Stark
también aborda con valentía la Inquisición, de la que dice que ''no fue tan
sangrienta'', o las Cruzadas, a las que califica de ''guerras de legítima
defensa''. ''No puedo explicar por qué la gran cantidad de investigaciones
llevadas a cabo para apoyar estas correcciones no han tenido impacto entre los
intelectualoides'', afirma.
El
historiador sostiene que publica este libro con los mitos sobre la Iglesia
Católica porque la ''historia debe ser relatada con honestidad''.
-Usted empieza su libro informando sobre su educación como protestante americano y analizando a las "eminencias intolerantes". ¿Qué es una "eminencia intolerante"? ¿Y cómo han influido en el modo como es actualmente considerada y percibida la Iglesia católica por muchos estadounidenses?
-Con eminencias intolerantes me refiero a esos estudiosos e intelectuales ilustres, claramente antagonistas de la Iglesia católica, que han difundido falsas afirmaciones históricas.
-¿Cómo ha identificado y seleccionado los diez mitos anticatólicos que usted ridiculiza en el libro? ¿Hasta qué punto estos mitos forman parte de la cultura general (aunque a veces vaga) protestante? ¿Y hasta qué punto son difundidos por una élite cultural más secular?
-La mayor parte de estos mitos anticatólicos los he encontrado cuando escribía sobre distintos periodos y acontecimientos históricos; descubrí que estos "hechos" tan conocidos eran falsos, por lo que me sentí obligado a profundizarlos. Estos mitos no están limitados a la generalidad de la cultura protestante; de hecho, muchos católicos, incluso algunos muy conocidos, los han apoyado. Demasiado a menudo, y durante mucho tiempo, los historiadores en general han concedido título de verdad a estos mitos. Desde luego, los "secularistas", sobre todo ex-católicos como Karen Armstrong, adoran estos mitos.
-El primer capítulo trata de los "pecados del anti-semitismo" y es tal vez el tema más divisorio y controvertido de todos los que usted afronta. ¿Cómo ha cambiado su propia opinión sobre este tema y por qué? ¿Por qué cree que sigue habiendo la amplia creencia o impresión de que la Iglesia católica es inherentemente antisemita?
-Cuando empecé mis investigaciones "todos", incluidos católicos de primera línea, creían que la Iglesia era una de las fuentes principales del antisemitismo. Fue más tarde, cuando trabajaba con material sobre las persecuciones medievales a los judíos, cuando descubrí el papel eficaz que tuvo la Iglesia para oponerse y suprimir dichas persecuciones. Esta verdad es narrada por cronistas judíos medievales y, por lo tanto, sin duda alguna es cierta. ¿Por qué tantos "intelectuales", muchos de los cuales son ex-católicos, siguen aceptando la idea de que el Papa Pío XII fue "el Papa de Hitler" cuando claramente es una mentira despiadada? Sólo puede ser por odio a la Iglesia. Recuerde que son judíos famosos los que defienden al Papa.
-¿Por qué varios historiadores, como Gibbon, han presentado a los antiguos paganos como benévolos o tolerantes hacia el cristianismo? ¿Cuál era la verdadera relación entre el cristianismo y el paganismo en los primeros siglos de la historia de la Iglesia?
-En esos días, el modo seguro para atacar la religión era dejar que los lectores asumieran que era sólo un ataque al catolicismo, por lo que eso fue lo que hicieron Edward Gibbon y sus contemporáneos. Sorprende que cuando los paganos ya no fueron capaces de perseguir a los cristianos, fueron ignorados por la Iglesia y los emperadores y desaparecieron lentamente.
-¿Cómo se desarrolló el mito de los "Años Oscuros"? ¿Cuáles son los principales problemas con este mito?
-Voltaire y sus compañeros crearon la ficción de los Años Oscuros para poder reivindicar que fueron ellos los que hicieron emerger la Ilustración. Como cualquier historiador competente (e incluso ahora las enciclopedias) defiende, no hubo tales Años Oscuros. Al contrario, fue durante esos siglos cuando Europa hizo el gran salto cultural y tecnológico que la situó a la cabeza del resto del mundo.
-¿Qué relación hay entre el mito de los Años Oscuros y el mito de la Ilustración? ¿Cuán racional y científica era, efectivamente, la Ilustración?
-Los "filósofos" de la denominada "Ilustración" no tuvieron ningún papel en el desarrollo de la ciencia, pues los grandes progresos científicos de la época se deben en su mayoría a hombre muy religiosos, muchos de ellos pertenecientes al clero católico.
-Las Cruzadas y la Inquisición siguen siendo presentadas como una época y unos acontecimientos que son el resultado de la barbarie cristiana y que supusieron el asesinato de millones de personas. ¿Por qué estos mitos son tan populares y están tan extendidos, incluso después de que estudiosos se hayan dedicado durante décadas a corregir y aclarar lo que realmente sucedió (o no sucedió)?
-Puedo asegurar que las Cruzadas fueron guerras legítimas de defensa y que la Inquisición no fue sangrienta. Pero no puedo explicar por qué la gran cantidad de investigaciones llevadas a cabo para apoyar estas correcciones no han tenido impacto entre los intelectualoides.
-Al tratar el tema de la "Modernidad Protestante", usted declara rotundamente que la tesis de Max Weber según la cual fue el protestantismo lo que dio lugar al nacimiento del capitalismo y la modernidad es "una sandez". ¿Cuál es el principal problema con la tesis de Weber?
-El problema es sencillamente que el capitalismo se desarrolló y prosperó en Europa muchos siglos antes de la llegada de la Reforma.
-Usted afirma categóricamente que como estudioso con un pasado protestante y que trabaja en una universidad baptista no escribe su libro "en defensa de la Iglesia", sino "en defensa de la historia". ¿Por qué es importante esto? Y, por último, ¿piensa usted que actualmente la mayoría de los norteamericanos dan más credibilidad a la historia que a la Iglesia?
-Pienso que será difícil para las eminencias intolerantes acusarme de querer hacerle la pelota al catolicismo intentando tapar los pecados de la Iglesia. El único interés personal que tengo es que la historia debe ser relatada con honestidad. Respecto a su última pregunta: no creo que la "mayoría de los americanos" llegue a saber que este libro se ha escrito. Lo único que puedo esperar, tal vez, es que influya sobre los intelectuales y los escritores de libros de texto.
Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).
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