La vida de Jesús de Nazaret gira en torno a una ley fundamental: EL AMOR. Su venida al mundo, su entrega, su muerte y resurrección son el mayor signo del amor de Dios. Desde la antigüedad, valiéndose de profetas, guió a la humanidad, pero al final, mandó a su propio Hijo para salvarnos. Jesús es el mismo Dios que viene a entregarlo por amor. A través de Jesús el hombre puede amar a Dios y es amado por Él.
Jesús, viviendo en oración, y realizando la voluntad de su Padre, viene a mostrarnos que está en continua relación con Él. Se dio por y para todos. No miró la condición social para hacer el bien y sintió especial predilección por los más pobres y necesitados.
Su amor se reveló de forma intensa y culminante en la cruz. Existe una íntima unión entre el amor de a Dios y a los hombres.

Os dejo un material para poder trabajar este precioso tema:
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