Pablo
Domínguez, sacerdote, sabía que iba a morir joven. Deseaba morir en la montaña,
al igual que Sara. Ambos entregaron su vida a Dios… y Dios aceptó la oferta.
Ahora dicen que están vivos. Pablo y Sara eran conocidos y queridos por un
número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de
su muerte. La última Cima muestra la huella profunda que puede dejar un buen
sacerdote, en las personas con las que se cruza. Al contario de los que algunos
dicen, los sacerdotes son en su inmensa mayoría, personas que entregan su a los
demás por amor a Dios convirtiéndose en instrumentos para dar a entender a tod@s
la misericordia y que descubramos la belleza del Creador. Provoca en el
espectador una pregunta comprometedora: ¿también yo podría vivir así?
Con
esta película documental podemos contribuir a la adquisición de las
competencias en el conocimiento y la interacción con el mundo físico, social y
ciudadana, aprender a aprender y autonomía e iniciativa personal. Pretendemos,
también, varios objetivos:
1.
Potenciar la imagen del sacerdote bueno y cercano a la gente, como servidor de
Dios.
2.
Establecer metas, establecer cimas en nuestra vida para que, a pesar de las
adversidades, podamos conseguir lo que nos proponemos.
3.
Valorar el servicio y la generosidad como actos desinteresados y fundamentales
del amor.
4.
Concebir a la mayor parte de los curas como hombres que se entregan a los demás
y no formarnos estereotipos a partir de algunos sacerdotes que, de cuando en
cuando, aparecen en los medios de comunicación como pederastas...
FICHAS
PARA TRABAJAR LA PELÍCULA:
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