Una
pareja de enfermos terminales de cáncer, de caracteres y mundos completamente
opuestos, entablan amistad. Edward Cole es un engreído millonario mientras que
Carter Chambers es un modesto mecánico. A pesar de todo, deciden emprender
juntos un último viaje para poder hacer, antes de morir, todas las cosas que
siempre han deseado.
La película nos
ofrece una reflexión sobre el sentido de la vida a partir de la experiencia de
dos enfermos de cáncer en fase terminal. En este sentido el comienzo de la película se
nos presenta ya como una reflexión sobre el valor de la vida: preguntas como
¿por qué y para qué vivir?, ¿Cuál es el valor de la vida? ¿Dónde encontrar la
felicidad en la vida? Se nos presentan por medio de dos maneras diferentes de
plantearse la existencia, pero que se encuentran sufriendo una misma situación:
el cáncer:
“Uno,
Edward, es millonario, es el mismísimo dueño del hospital, un ser solitario
aunque se haya casado en varias ocasiones, una persona excéntrica y arrogante.
Carter, el otro, trabaja como mecánico, es callado, modesto, querido por su
familia, y está casado desde hace más de 40 años con la misma mujer. Un buen
día se enteran que les queda poco tiempo de vida. En ese momento se plantea una
pregunta ¿qué hacer ante una situación límite así: dedicarse a disfrutar lo que
queda o destinar ese tiempo a resignarse a morir pronto? A esta pregunta le
sigue otra más personal: ¿qué haría yo
en una situación parecida?... Pero ellos mismos se darán cuenta de que no
importa lo que hagas sino con quién compartes esos momentos inolvidables. Su
amistad se convierte en su verdadero descubrimiento. El amor que surge entre
ellos es más fuerte que su final. Descubrirán lo que es para ellos la
felicidad”.
Sí,
al final descubrirán que lo que buscaban estaba más cerca de lo que creían.
Carter redescubre su mujer Virginia y su familia. Y Edward, su hija. Es ahí
donde encuentran la felicidad, en las relaciones con las personas.
Hay una evolución en ellos. Edward es un sibarita
egocéntrico y materialista. En Carter encontramos una espiritualidad. Cuando
reflexionan sobre la fe, Edward reconoce que no cree en nada: “vivimos, morimos
y la noria sigue girando”. Pero Carter
sólo puede dar el testimonio de su fe: “sólo tengo fe”. Algo suficiente para
situarse de otra manera ante la vida, la enfermedad y la muerte. Carter,
además, reflexiona y hace reflexionar a Edward sobre el sentido de la vida y de
la muerte. Son interesantes las dos preguntas que plantea ¿has encontrado la felicidad en tu
vida?, ¿la has proporcionado a los demás?...
En
la película encontramos multitud de
valores como el sentido de la vida, la
felicidad, el ayudar a los demás, la fe, la reconciliación, el cambiar a mejor,
la amistad y el amor. Nos sitúa ante la
muerte para que reconozcamos y descubramos lo verdaderamente importante de
la vida y nos cuestiona si la vida que
llevamos vale la pena y la vivimos con un valor profundo. Nos abre a
la esperanza y a la eternidad.
Se puede trabajar al final de la ESO o ,fundamentalmente, en bachillerato al plantear la cuestión sobre el sentido de la vida.
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