El
obispo de Ciudad Rodrigo (Salamanca), Raúl Berzosa, habló el otro día de la
devoción marina y la nueva evangelización, dentro de los actos preparatorios
para la bajada de la Virgen del Pino desde la iglesia de Teror hasta la
catedral de Las Palmas de Gran Canaria. Creo que de lo que dijo en canarias podemos aprender
todos.
Raúl
Berzosa nacido en Aranda de Duero, en Burgos, en el año 1957, es doctor en
Teología, licenciado en Derecho Canónico y diplomado en Periodismo. Es un
referente dentro de los obispos por su excelente preparación, por su pedagogía
en la transmisión de la fe y en el diálogo entre Fe y cultura, por su gran espiritualidad y por su cercanía con los
creyentes de a pie.
La
conferencia consta de dos partes. Hace más hincapié en la segunda parte, en
la que hace mención a la nueva
evangelización, y que tiene como estrella a María. ¿Qué tiene que ver María con
la nueva evangelización? Tiene que ver con el acercamiento que se hace de los
alejados y de los que dejan de ser creyentes, porque el creyente sabe quién es
María. Ella nos apunta cómo evangelizar a los no creyentes. Para ello hay tres
cosas. Por un lado, a los jóvenes se les habla de tú a tú. En segundo lugar, en
qué les ha cambiado la vida Dios. Porque a María se la cambió. Y tercero, el
descubrimiento de una comunidad. Esas son las claves. Que Cristo sea alguien y
que cambie vida.
Hace
un pequeño recorrido sobre las distintas realidades, en cómo es la
evangelización en las comunidades, y lo que hace la Iglesia en la misión, que
tampoco es la nueva evangelización, que es resoplar el espíritu de Cristo de
quienes fueron bautizados, y que no practican. Hay una frase que habla de quien
un día se fue por la puerta de atrás, sin hacer ruido, y que nos han dejado. A
esas personas son las que hay que buscar. A la nueva evangelización la llama el
Papa Francisco la conversión, que es buscar en las periferias geográficas y
existenciales, la Iglesia de los pobres.
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