Vamos a trabajar, ahora, el sacramento de la confirmación.
Brevemente exponemos su significado y su importancia para después profundizar
un poco.
El sacramento de la Confirmación es uno de los tres
sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación que
significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.
En este sacramento se fortalece y se completa la obra del
Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del
Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a Dios, se une más íntimamente
con la Iglesia, fortaleciéndose el creyente para ser testigo de Jesucristo, de
palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir
de la Confirmación un cristiano se hace
maduro y podrá llevar una vida cristiana más perfecta, activa y
auténtica. Es el sacramento de la madurez cristiana que hace capaz de ser testigos de Jesús de
Nazaret en cualquier circunstancia de la vida.
El día de Pentecostés – cuando se funda la Iglesia – los
apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban
temerosos, no entendían lo que había pasado – creyendo que todo había sido en
balde - se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre
ellos –quedaron transformados - y a partir de ese momento entendieron todo lo
que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar.
La Confirmación es “el Pentecostés
personal del creyente”.
INSTITUCIÓN
El Concilio de Trento declaró que la Confirmación era un sacramento
instituido por Jesús, ya que los protestantes lo rechazaron porque - según
ellos - no aparecía el momento preciso de su institución. Se sabe que fue
instituido por Cristo, porque sólo Dios puede unir salvación a un signo
externo.
Además encontramos en el Antiguo Testamento, numerosas
referencias por parte de los profetas, de la acción del Espíritu en la época
mesiánica y el propio anuncio de Jesús de una venida del Espíritu Santo para completar
su obra. Estos anuncios indican un sacramento distinto al Bautismo. El Nuevo
Testamento nos narra cómo los apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de
Cristo, iban imponiendo las manos, comunicando el Don del Espíritu Santo,
destinado a complementar la gracia del Bautismo. “Al enterarse los apóstoles
que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les
enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran
al Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos;
únicamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces les
imponían las manos y recibían al Espíritu Santo”. (Hech. 8, 15-17;19, 5-6).
EL SIGNO: LA MATERIA Y LA FORMA
Dijimos que la materia del Bautismo, el agua, tiene el
significado de limpieza, en este sacramento la materia significa fuerza y
plenitud. El signo de la Confirmación es la “unción”. Desde la antigüedad se
utilizaba el aceite para muchas cosa: para curar heridas, a los gladiadores de
les ungía con el fin de fortalecerlos, también era símbolo de abundancia, de
plenitud. Además la unción va unida al nombre de “cristiano”, que significa
ungido.
La materia de este sacramento es el “santo crisma”, aceite
de oliva mezclado con bálsamo, que es consagrado por el Obispo el día del
Jueves Santo. La unción debe ser en la frente.
La forma de este sacramento, palabras que acompañan a la
unción y a la imposición individual de las manos “Recibe por esta señal de la
cruz el don del Espíritu Santo” (Catec. no. 1300). La cruz y su siginicado es
el arma con que cuenta un cristiano para defender su fe.
PARA PROFUNDIZAR:
PRESENTACIÓN
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