ALENTAR
es una palabra muy importante en la educación. Desde el punto de vista de la
fe, alentar es INSUFRAR EL ALIENTO, el hálito de Dios, según el sentido
bíblico.
Esta
es una reflexión tan válida para los educadores como para los alumnos, y lo es
porque la necesidad de alentar el trabajo, el esfuerzo, la convivencia,... es
constante. Alentar supone que los niños o jóvenes, se convenzan de que hay
cosas que pueden conseguir por ellos mismos si se lo proponen. Cuando das
aliento a alguien, le estás dando vida y le estás diciendo: confió en ti; tú
puedes conseguirlo y yo estoy a tu lado para ayudarte, si es necesario.
¿Cuántos
de nuestros alumnos necesitan que los alentemos? ¿Acaso nosotros mismos no
necesitamos muchas veces que nos alienten? ¿No es siempre mejor saber que
alguien a tu lado te anima y acompaña?
TOMADO DEL BLOG PASTORAL LA SALLE
No hay comentarios:
Publicar un comentario