En 2011 esta cinta consiguió el Oscar al mejor corto animado. Es una llamada de atención al estilo de vida que llevamos y que, muchas veces, no nos deja ver lo que le ocurre a las personas que tenemos alrededor, sus problemas…
La
cosa perdida es la historia de un muchacho que una mañana cualquiera
descubre... pues una cosa perdida. ¿Qué cosa? Pues eso, una cosa. Grande, roja,
un extraño cruce entre tetera y cangrejo, una criatura fuera de lugar en un
mundo que no quiere darse cuenta de su presencia.
El
cortometraje está basado en un libro ilustrado de Shaun Tan, que también
co-dirige el corto junto a Andrew Ruhemann. El libro en sí es una pequeña
maravilla destinada al público juvenil, pero al darle además movimiento se
convierte en una joya del cine de animación para todas las edades. Una parábola
sobre la falta de adaptación y como al madurar vamos dejando de ser conscientes
de aquello que queda fuera de nuestro pequeño universo.
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