Nacido en Oviedo en 1973, desde
los 17 años reside en Málaga, donde contrajo matrimonio con Susana y nacieron
sus tres hijos, Judith, Javi y Ángela. Estudió magisterio y psicología. En la
actualidad, ejerce la docencia en el Colegio María de la O, de la barriada
malagueña de Los Asperones, donde desempeña la tarea de director. Pertenece a
una comunidad cristiana, “María de Nazaret”, de la Parroquia de Santa María de
la Amargura. Su labor pastoral la desarrolla como catequista en la barriada
donde está enclavado su colegio, en la que, además, realiza voluntariado de
Cáritas. Su manera de expresarse es a través de sus dibujos que, semanalmente,
aparecen en el boletín “Diócesis” y en la página web de la Diócesis de Málaga
(www.diocesismalaga.es). Colabora también con otras diócesis y realiza carteles
para los congresos nacionales de asma. Vive su faceta de dibujante como una
vocación y un servicio. Junto al dibujo, su vocación se completa con el
servicio a los pobres.
Extracto de una entrevista:
- ¿Cómo comenzaste a dibujar?
Empecé haciendo carteles para
campamentos y catequesis. Los más conocidos son los dibujos en el boletín
“Diócesis” y en la web diocesana. He realizado logotipos para la Delegación de
Catequesis, para Pastoral de Juventud…
- ¿Qué es para ti el dibujo?
Considero que el Señor me ha dado
un don, por lo que el dibujo se convierte en una manera de expresarme. Dibujo
incluso cuando doy clase. Es un regalo de Dios que me recuerda la parábola del
grano de mostaza, que siendo pequeño se hace muy grande. Dibujo en un cuarto
pequeño de la terraza de mi casa. Mis dibujos son una levadura invisible. Son
muy de Dios porque surgen de un proceso de oración. Luego me escriben de
Uruguay, de Perú, de México… diciendo que los han utilizado. Internet, que se
creó para una cuestión militar, se ha transformado en un medio muy válido para
que llegue la Palabra de Dios a todos los lugares.
- ¿Cómo son tus dibujos?
Una vez le dije a un cura que mis
dibujos tenían pinta infantil. Me dijo que lo que entienden los niños, lo
entienden los adultos. Y creo que llevaba razón. No me siento dibujante. Creo
que tiene más valor el significado de mis dibujos, a dónde lleva ese
significado, que el dibujo en sí. Diría que son dibujos sencillos que
transmiten algo profundo, con colorido y vida. Tienen una intención que se ve claramente,
por ejemplo, en el uso de los remiendos, la paloma… Nacen de la oración. Forman
parte de un proceso de oración personal. Muchas veces me extraño, cuando pasa
el tiempo, de que haya podido hacer tal o cual dibujo y que eso se me haya
ocurrido a mí. Me siento co-autor, porque sé que esto es un don de Dios.
FUENTE: revista 21rs del mes de
marzo de 2014
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