Su testimonio nos sirve al resto de profes de aliento y ánimo. Nos ayuda a saber que somos muchos y bien preparados, los profesores de religión que ayudamos a tantos jóvenes a que descubran su verdadero SENTIDO. Sabemos que no estamos solos, que es nuestra MISIÓN y que desde los valores y la exposición de la experiencia cristiana, contribuimos a mejorar este MUNDO. ¡ÁNIMO COMPIS, SABEMOS DE QUIÉN NOS HEMOS FIADO!
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