El pasado día 5
de diciembre ha fallecido, a los 95 años de edad, un hombre entregado
totalmente a la lucha por la libertad de su pueblo: Nelson Mandela. Cuando el régimen del "Apartheid",
o de discriminación racial, surge en Suráfrica, impuesto por la minoría
blanca del país, en contra de la mayoría negra, Nelson Mandela, junto
con otros compañeros, lidera un movimiento a la contra que pide justicia
e igualdad para todos los ciudadanos de Suráfrica. Esta oposición le
cuesta ser juzgado y condenado a la pena de cárcel perpétua. Durante 27
largos años cumple dicha condena, hasta que es liberado, sin que la
cárcel haya hecho mella en sus profundas convicciones.
Con el sistema del Apartheid
en sus últimos momentos, Mandela se presenta a las primeras elecciones
democráticas que se celebraban en mucho tiempo en su país, en las que
pudieron votar todos los ciudadanos de color, y consigue ganar, con más
del 60% de los votos, convirtiéndose en el primer presidente de gobierno
democrático de raza negra de Suráfrica. Y, lejos de tomarse la revancha
y gobernar sólo para los negros, como muchos pensaron que haría,
Mandela fue un presidente para todos los ciudadanos de Suráfrica, blancos y negros, dando un extraordinario ejemplo de perdón y de reconciliación.
Su actitud fue de desechar las rencillas y los ánimos de venganza para
promover un gobierno de concordia y de convivencia pacífica en un estado
en el que todos tenían cabida y todos podían dar lo mejor de sí para el
beneficio común de todo el país. Así lo pensaba, así lo quiso desde
siempre y así lo hizo cuando tomó las riendas del poder que el pueblo le
había concedido. Todo un ejemplo de buen gobernante y de buena persona
que hoy, con su fallecimiento, merecería ser tenido en cuenta, no sólo
porque le concedieron el premio Nobel de la Paz y el premio, un año antes, del príncipe de Asturias, sino porque ha sido una
de esas pocas personalidades que, a lo largo de la historia, se puede
decir que han dedicado toda su vida a trabajar por los demás y a
conseguir aquello en lo que creían, y, en el caso de Nelson Mandela, a luchar por la justicia y la igualdad del género humano.
Vaya desde aquí
nuestro pequeño homenaje, nuestra gratitud y nuestra admiración por un
hombre que, pudiendo dedicarse a sus propios intereses, se desvivió por
los demás con un coraje y una entereza envidiables.¡Que Dios le acoja en su seno y descanse en paz!
Para terminar, os
dejo este vídeo que he encontrado en youtube con un documental que
resume lo más destacado de la biografía de este hombre ejemplar para la
humanidad. Un buen recurso para poner en clase a nuestros alumnos para
hablar del compromiso de una vida dedicada a los demás. Espero que os
sea útil.
Tomado del blog amigo, Reli en Grande
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