EL RINCÓN DE FERNY

jueves, 28 de noviembre de 2013

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?



El término Adviento, "Adventus" en latín, "venida", es una adaptación de acontecimientos paganos:
1. Adviento de una divinidad o del emperador
La palabra se usaba el día en que llegaba o venía el dios, o el emperador (que también era considerado divinidad). El pueblo destacaba estos momentos de "visita" organizando fiestas y ambientes lúdicos para que el visitante encontrase todo a su gusto.
Con el paso del tiempo, en la época cristiana, la Iglesia utilizó este nombre aplicándolo a la venida de Cristo. Esto comenzó a instaurarse en el siglo IV. Los siglos anteriores, la atención del culto, giraba en torno a la Pascua. La Pascua anual y la que se celebra cada domingo, era el único misterio de Cristo a recordar. En la noche pascual también se celebraba en parte "esa venida del Señor" (¡Ven, Señor!), y que más tarde pasó a ser frase cumbre del sentido espiritual del Adviento.
2. El solsticio de invierno
Era una fiesta pagana que consistía en honrar al sol y a la luz. En Occidente esta fiesta se celebra el 25 de diciembre; es el Dies Natilis Solis Invicti (Día del Nacimiento del Sol Invencible). Se refiere al sol que vence las tinieblas después de que han empezado a aumentar los días tras el solsticio de invierno.
Esto se aplicó a Cristo, Luz del mundo. Cristo es la luz, el sol que nace, que alumbra a los hombres y les da vida. Con esta lógica la cristianización de la fiesta estaba resuelta. Así se puso este día como el día del nacimiento de Cristo, no porque fuese el día de su nacimiento real o histórico.
Al igual que en Occidente, también se celebraban en Oriente las fiestas del solsticio de invierno, las fiestas de la victoria de la luz sobre las tinieblas, pero se realizaban el 6 de enero, cuando ya hay un cierto aumento de la luz. De ahí que en Oriente el nacimiento de Cristo lo pongan este día, llamado por nosotros, la Epifanía. En Alejandría, durante la noche del 5 al 6 de enero, se desarrollaba el rito de la procesión de la diosa Koré. Ésta era una virgen y había engendrado al mundo. Al cristianizar esta fiesta se celebra evidentemente el nacimiento de la luz verdadera que ilumina al mundo: Jesucristo.
3. Navidad y Epifanía
Navidad y Epifanía son nombres distintos pero que surgen como resultado de la cristianización de fiestas paganas:
- El Adventus como "Nacimiento" fijaba sus preferencias en el acontecimiento de Cristo que viene, que nace y se hace presente en la noche de Belén.
- El Adventus como "Epifanía" subraya la manifestación y la universalidad. Jesús trae la salvación a todas las personas de la humanidad entera.
Por esto la Iglesia romana extiende la celebración de Navidad hasta el 6 de enero.
Desde entonces la vida cristiana gravitaría en dos polos, la fiesta de la Navidad y la Pascua. Para la organización de dichas fiestas se estableció con el correr de los años, un período de preparación.
Así nacieron la Cuaresma y el Adviento.
En el siglo VI se tienen noticias ciertas de una preparación para la celebración de la Navidad que estaba caracterizada por algunos días de ayuno y oración intensa. El Adviento cristiano, centro desde el principio su atención en la disposición de toda la comunidad para celebrar la fiesta de la Navidad con un fuerte espíritu de gozo, pero al mismo tiempo acentuaba la perspectiva de la segunda venida de Cristo, para la cual era necesario estar preparado, realzándose el aspecto de conversión personal.
4. EI Adviento en nuestra cultura
El Adviento prepara una de las mayores fiestas del año: la Navidad. Las calles, las casas, las ciudades enteras son adornadas con guirnaldas, árboles de Navidad, nacimientos, y en los países del hemisferio norte, en donde coincide con el invierno, acompañan la Navidad: muñecos de nieve, renos, trineos, campanillas, cantos-villancicos, abetos y frío. Todo esto hace que el tiempo de preparación a la Navidad sea un momento entrañable, de hogar, de unión familiar, de cenas y aguinaldos.
Pero más que nunca se está perdiendo el verdadero sentido del Adviento cuando todas estas reuniones, decoraciones y ambiente se hace sin saber por qué. ¿Realmente toda nuestra sociedad sabe que preparamos la venida de Jesús?
Hasta hace muy poco tiempo la Navidad no era celebrada como lo solemos hacer hoy día, es más no existían ni villancicos. Los cristianos iban sólo a las iglesias y no había una relevancia social de la Navidad.
Será en el siglo XIX cuando surja el árbol decorado, las tarjetas de felicitaciones, los villancicos... Pero el siglo XX le dará un nuevo giro con la llegada del comercio y el afán de consumo. El Adviento, al principio, se reservaba para las iglesias como días litúrgicos especiales de preparación a la Navidad. Actualmente, sigue siendo así, pero cargado de otros complementos sociales y alejados de lo religioso: compras de regalos, del árbol de Navidad, preparación de cenas de trabajo, espera de la paga extraordinaria para tomar unos días de vacaciones...
Con estas acciones se ha logrado que la actual fiesta de Navidad, y del Adviento, no tenga mucho que ver con su sentido original, haciéndola pasar de una fiesta religiosa a una fiesta comercial.
4. Redescubrir de nuevo al adviento
El Adviento debería ser un tiempo para profundizar en el misterio de nuestra salvación, un momento propicio para la oración personal y familiar, y una ayuda para el crecimiento en el amor y en la solidaridad. Los cristianos recordamos que Jesús, siendo Dios nos retuvo para sí la gloria que merecía como Dios. Como dice san Agustín, se hizo pobre para que nosotros nos hiciéramos ricos; compartió con nosotros todo lo que tenía, incluso su Madre, la Virgen María.
El Adviento ha cedido el paso a otros componentes que se han introducido en la cultura actual. Todos los esfuerzos de la Iglesia por convertir una fiesta pagana en una fiesta cristiana, no sólo se han visto neutralizados, sino que vuelve a ser una fiesta pagana como en sus orígenes.
Tendríamos que preguntarnos ¿qué hacer entonces?
La mejor respuesta es realizando una re-evangelización del tiempo navideño, buscando de nuevo su sentido y sabiendo que la figura que nos reúne en familia, que nos hace más humanos y cariñosos los unos para con los otros, es Jesús que nace en Belén.
Ahora más que nunca, los encargados de las parroquias, los educadores, los catequistas, las familias, deben "evangelizar" el Adviento y la Navidad para recuperar su origen y fundamento. Mostrar a Cristo presente en medio de su pueblo, sin adulterarlo ni compartirlo con otras tentativas, es una tarea difícil pero hermosa. La nueva evangelización de la Navidad, su redescubrimiento, cobra más fuerza cada vez.

4. Pautas para  profundizar el Adviento

Rezar la corona de Adviento
La corona de Adviento es una tradición simbólica iniciada en Europa por los luteranos, quienes trenzando una serie de ramas de pino verde, querían expresar la esperanza cristiana, de que en la segunda y definitiva venida de Cristo, él mismo "coronará" toda una vida llevada a cabo de acuerdo
al Evangelio. La Iglesia católica adaptó al ciclo litúrgico del Adviento esta práctica, en donde cada vela representa cada uno de los domingos del Adviento. Está formada por cuatro velas, signos de la espera. Cada uno de los cuatro domingos de Adviento se enciende una vela. En algunos sitios ponen una vela blanca en el centro, que será encendida el día de Navidad.
Vivir la liturgia de este tiempo
Una vivencia hecha con profundidad, preparando bien la Palabra de Dios, las oraciones, los momentos de reconciliación y el recuerdo a la Virgen. Subrayando la esperanza.
Poner un bonito nacimiento
Además del árbol de Navidad, como elemento decorativo, un buen nacimiento ayuda a centrar la Navidad. Es el recuerdo del nacimiento de Cristo. Aprovechar para explicárselo a los niños. Contémosles el relato del nacimiento de Jesús, la llegada de los magos, la vida sobre José y María, la vida en aquellos tiempos. Mostrar y proponer la cercanía de un Dios que se hace uno de nosotros en la humildad del pesebre.
Dar otro sentido a nuestras compras navideñas
Navidad es tiempo de compartir y no precisamente de comprar. Si compras, hazlo con el deseo de compartir con los demás la alegría de dar. Que tu compartir sea un verdadero signo de amor y fraternidad buscando imitar a Cristo, que se entregó a nosotros para que tuviéramos vida abundante.
Preparar campañas solidarias
En muchos sitios se realiza la "operación kilo y juguetes". Se recogen kilos de comida: bolsas de legumbres, latas, tetrabriks; y juguetes que pueden donar las familias. Todo esto para que puedan comer y jugar personas y niños que no tienen, ni pueden celebrar una Navidad en condiciones.

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